Estructura:
- Texto narrativo:
- Planteamiento: Se produce un diálogo entre d.Manuel y Lázaro.
- Nudo: Don Manuel hace una descripción sobre cual es la religión verdadero y cual es la suya.
- Desenlace: Lázaro le dice a d.Manuel que nunca olvidará sus palabras.
Tema:
La confesión de d.Manuel a Lázaro sobre su falta de fe.
Resumen:
Lázaro reproduce la conversación que tuvo con San Manuel Bueno a solas en el campo donde el cura le confiesa su falta de fe y le explica que guarda este terrible secreto a sus parroquianos para hacer que estos vivan felices soñándose inmortales a través de la religión. Añade que ese es el papel de todas las religiones y que todas son verdaderas si cumplen esta finalidad.
Comentario Crítico:
Se
trata de un texto narrativo de carácter literario que pertenece a la obra San Manuel Bueno, mártir, publicada en
1931 por el escritor Miguel de Unamuno, narrador noventayochista caracterizado
por su estilo dramático y, sobre todo, por el interés en la conflictividad
interna de los personajes. En este caso se trata de un cura de pueblo cuya lucha
interna radica en su falta de fe. Presenta, por tanto, algunas de las
preocupaciones características de los hombres del 98 relacionadas con los
problemas existenciales y religiosos.
En
efecto, el texto nos muestra uno de los temas más recurrentes de la época y
especialmente de la obra unamuniana: el pueblo debe vivir de la ilusión de la
fe (“yo estoy para hacer vivir a las almas de mis feligreses”). Don Manuel le
explica a Lázaro que “todas las religiones son verdaderas en cuanto hacen vivir
a los pueblos que las profesan” y admite que ante su falta de fe su verdad es
la de “consolarme en consolar a los demás, aunque el consuelo que les doy no
sea el mío”.
La
falta de fe en la vida eterna por parte de don Manuel representa el duelo
interno en el que por un lado estaría su conocimiento de la auténtica verdad
(morimos y no hay nada más) y, por otro lado, el deber de conducir a esas
personas hacia la fe del paraíso terrenal, de aliviarles y consolarles.
Unamuno
a lo largo de su vida mantuvo diversos conflictos internos entre su fe y su
incredulidad; sus angustias existenciales, como la obsesión ante la muerte y su duda de la fe y de la existencia
de la inmortalidad quedan reflejadas en el personaje de don Manuel.
D.
Manuel considera verdaderas todas las religiones en cuanto son capaces de hacer
felices a las personas y darle sentido a sus vidas. Este argumento está
relacionado con uno de los problemas más antiguos del ser humano: ¿cuál es la
religión verdadera? La solución a esta pregunta ha generado durante siglos
guerras y enfrentamientos. En la actualidad sigue habiendo guerras de
religiones, producto de un fanatismo extremo. En la España de 1930 no había la libertad
religiosa de nuestros días. Esta idea, por tanto, supone una gran modernidad
por parte de Unamuno que nos ofrece un ejemplo de tolerancia y relativismo.
Por
otra parte, el tema de la duda sobre la existencia de Dios y de la inmortalidad
es, en el fondo, un tema atemporal y sigue teniendo vigencia, especialmente en
épocas de crisis en las que el ser humano necesita especialmente buscar un
sentido a la vida y en muchos casos este sentido pasa por la creencia religiosa
de cualquier signo.
Para
concluir, el tema puede tener muchas derivaciones y cada persona es libre de
tener su ideología. No obstante, al margen de que comulguemos o no con la
actitud de don Manuel (de Unamuno, en el fondo), es cierto que la figura de
este cura capaz de ir en contra de sus
propias creencias para hacer feliz a los demás se ha convertido en un verdadero
símbolo del altruísmo humano.
Correción:
Creo que este análisis del texto esta bien por que me han ayudado hacerlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario